martes, 28 de marzo de 2017

CAMBIOS DE PERSPECTIVA: EDUCACIÓN ARTÍSTICA,CREATIVIDAD Y ARTE INFANTIL

Recientemente leí el artículo de Julio Romero, profesor de Educación en la universidad Complutense y licenciado en Psicológica y Filosofía, además de doctor en Bellas artes. Si nombro sus titulaciones al principio es porque, además de haberme sorprendido el perfil del autor de dicho artículo, creo que es conveniente valorar la preparación del mismo a la hora de hacer una crítica sobre uno de sus trabajos.

El artículo, titulado del mismo modo que lo hace esta publicación "Cambios de perspectiva: Educación artística, creatividad y arte infantil" trata sobre los métodos usados en la educación artística actualmente.

En el podemos ver la influencia de ciertos conceptos y métodos. No por menos es uno de los coordinadores del máster en Arteterapia de la Universidad Complutense. Para quien no lo sepa, Arteterapia es un método de Psicoterapia que usa las artes plásticas como medio de recuperación del bienestar o la salud, tanto mental como física. Un método que en España quizá no esté aún lo suficientemente valorado, pero que en otros países ya es utilizado con bastante frecuencia.

De esta manera, en dicho artículo, el arte no es un concepto engrandecido que solo los grandes maestros logran alcanzar, sino mas bien un camino para educar. Por ello, Romero nos dice en este artículo que el arte como medio educativo es un fracaso ya que no lleva a ningún lado.

He de decir que si bien estoy de acuerdo con dicha premisa y ciertamente considero que las artes plásticas en el medio educativo son un absoluto fracaso, considero que del mismo modo asignaturas tan importantes como la lengua o las matemáticas son también un descalabro, ya que de por sí el sistema educativo carece de las cualidades necesarias para ser fructuoso y de valor.

Podría decirse que mi afirmación es extremista, no obstante me baso en mi propia experiencia, ya que mis conocimientos en matemáticas (por poner un ejemplo) durante la primaria fueron absolutamente escasos. Y así, no fue hasta que de adulta, mi falta de desenvoltura con los números me avergonzó tanto que estudié de forma autodidacta estos conceptos básicos. No se trataba tanto de mi desinterés, si no más bien del nerviosismo que me producía estar ante algo que me costaba tanto colocar en mi cabeza, lo cual mis profesores no supieron resolver.

Si la premisa es que el sistema educativo falla ¿Cómo no lo va a hacer la asignatura de arte? La gran desconocido de entre todas las materias, la más incomprendida y despreciada. Esa que al final, como dice Romero, no sirve para nada. Es esa asignatura en la cual, el maestro tiene tan poca preparación que tiene que buscar fichas para que los alumnos pasen las horas, esa misma en la que los niños pasan de un año a otro sin tener noción real de lo que verdaderamente esconde el concepto arte tras de sí. Es la asignatura favorita de muchos, porque es la asignatura en la que no se hace nada.

Y si durante los primeros años el desarrollo de las actitudes artísticas de los alumnos se mide en fichas, mas tarde la sociedad impone su canon de realismo sin sentido.

Yo soy ardua defensora de la pincelada. Para realismo ya tengo las fotografías (Sin que esto desacredite el trabajo y talento que conlleva una obra de dichas cualidades) No obstante, no por ello lo considero erróneo. El realismo está bien, siempre que te guste verlo o hacerlo. Existen otros métodos para expresarse por el medio pictórico y no son pocos. Por ello, considero que medir las capacidades plásticas por el acercamiento que un alumno logre hacia el realismo es quedarse muy corto, tanto en las expectativas que uno tenga hacia el arte como en la imaginación que el maestro ponga a la asignatura.

No existe, a mi parecer, una manera de pintar de manera totalmente natural, libre de influencias y pura. Desde que nacemos estamos expuestos a la influencia de nuestro entorno. Pero sí creo que el arte es un medio de expresión muy amplio y que existen maneras de hacer que este sea más natural y libre si dejamos de juzgarlo del modo que lo hacemos. La tendencia en la educación es que 2+2 son 4. No obstante, en el mundo real, como dice George Orwell en su novela 1984 "Algunas veces sí, Winston; pero otras veces son cinco. Y otras, tres. Y en ocasiones son cuatro, cinco y tres a la vez." y es que ni siquiera en matemáticas 2+2 son cuatro siempre, ya que, existe un mundo mas allá de los números primos que en el colegio o en el instituto apenas alcanzamos.

Y es que 2+2 son 4 ha sido un quebradero de cabeza para todos y no nos damos cuenta. En la educación sólo existe una respuesta válida para todo, cuando en la vida real existen múltiples caminos hacia una respuesta. Lo cual, por cierto,  me lleva de nuevo a mi fracaso en matemáticas, ya que sólo había un modo de llegar a la respuesta, si ese modo era demasiado confuso para mi, no podía alcanzar dicho resultado.

Como dice Romero, el arte tiene una cualidad maravillosa que aportar a la educación; la posibilidad de comprender la existencia de múltiples respuestas. Durante la carrera de Bellas Artes he comprendido que lo que más he aprendido es a convertir problemas en ventajas, errores en proezas y cualidades en posibilidades. Siento un gran desasosiego al ver que esto, algo a mi parecer realmente importante en el desarrollo de una persona, haya dependido de mis estudios universitarios y no de la educación obligatoria.

Restarle valor al arte en la educación es convertir una y otra vez en 2+2 es 4, en un dogma inflexible, que poco a poco va mermando las posibilidades de los alumnos que se están formando. La filosofía, la música, el arte...todas estas materias no dejan de ser versiones de nuestro mundo, visiones diferentes que nos enseñan que existen diferente interpretaciones de la realidad.  Obviamente son los puntos en común los que nos ayudan a establecer unas normas, pero si hacemos que esos puntos en común se extiendan hasta la propia formación interna del individuo estaremos creando robots y no personas.





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